Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional
.

Seguidores

domingo, 15 de diciembre de 2013

Primavera.

Las estrellas contemplaban tu piel de canela envidiosas de que mis manos la tocasen. Y, solo cuando el cielo se llenó de nubes y los mirones se escondieron asustados por la oscuridad, pude besar tu cuerpo con la avidez de quien nunca vió primavera y lo desea. Escondí mis manos en las nubes de tu pelo, y desaparecieron en la niebla. Pero, ¿qué más daba? Si allí estabas tú, tumbada sobre el musgo del más frío bosque, sin sentir frío, ni cansancio por las pasiones anteriores, como una Diosa, o Musa.
Entonces volví a encontrar mis manos entre la niebla, y utilicé los lunares de tu cuerpo para escribir palabras. Palabras que te llenaban el alma de versos profundos, de besos, de ayer, de mañana, de sol, de contrastes, de grises, de negros y blancos, de lineas dobladas, poco perfectas, curvas. Tan imperfecta, tan cambiante, tan extraña, tan bohemia, tan efímera, tan libre, tan tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario