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sábado, 10 de noviembre de 2012

Eiden, trozo de mi libro.

Eiden abrió mucho los ojos, parecía haber estado esperando escuchar esas palabras todo el tiempo que había estado en mi espera. 
De verdad parecía haber estado muy preocupado esas dos semanas. 
Sentí algo muy extraño, cuando miré esos ojos marrones que me mantenían completamente embobada, algo que nunca había sentido, algo que realmente… deseaba sentir desde hacía mucho, pero que nunca había tenido la ocasión y en ese momento lo sentía, le tenía ahí delante, era Eiden. 
Era ese extraño, dulce, a veces chocante e irrespetuoso chico al que mi padre había contratado para que se hiciese responsable de mi, para cuidarme, para protegerme y mantener a mi padre al corriente de todo lo que pasase a mi alrededor, de todas y cada una de las cosas que hablase, hiciese o viese. 
En el tiempo que llevaba en la casa, pensé mil y una veces que no le necesitaba, que no necesitaba mirar sus ojos, ver su sonrisa, escuchar su voz, discutir con él, chillarle, empujarle, enfadarme con el… que no necesitaba tenerle frente a mi todo el tiempo posible, que no había deseado ni una sola vez besarle, acariciarle, pedirle que se quedase conmigo toda la noche, acariciando y acallando mi miedo.
Pero lo único que había hecho todo ese tiempo fue mentirme a mi misma, intentar convencerme de que no necesitaba nada de él, siendo la verdad todo lo contrario.
Nunca podré explicar lo que pasó después, fue algo increíble, mágico, delicioso, fue como, rozar el cielo con la yema de los dedos. 
Fue algo que, de verdad, desearía que cualquier persona pudiese sentir al menos una vez en su vida.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Mis libros 4.


—Ryan no lo entiendo, no te entiendo. –susurró ella volviéndose a tumbar y colocando una mano en su mejilla, acariciándole- Me hablas mal, me ignoras, me insultas y después, hay momentos en los que cambias radicalmente, concentras toda tu atención en mi, me tratas con dulzura, incluso... me besas, sinceramente no te entiendo. –Ginna se dio cuenta de que los labios de Ryan cada vez estaban mas cerca de los suyos- Esto es una locura.
— ¿Acaso el amor no da lugar a la locura? –susurró colocando un dedo bajo la barbilla de Ginna, haciendo que ella le mirase a los ojos.
— ¿Acaso lo que tu sientes es amor? –masculló ella con burla.
— ¿Acaso te he hablado yo de lo que siento? –le espetó él.
Ginna no supo que contestar a eso, acababa de derribar todas las murallas que esta se había impuesto para no sucumbir ante él, para no lanzarse a sus brazos cada vez que le veía.
Él aprovechó su silencio para besarla.
Ella le devolvió el beso mientras enredaba sus dedos en el pelo de Ryan.
Él se puso sobre ella, colocando su cuerpo entre las piernas de Ginna y besando su boca casi sin dejarla respirar.
Ella echó su cabeza hacia atrás, estremeciéndose de placer y dejando que él besase su cuello.
Él se quitó la camiseta, tirándola a un lado, y desabrochó los botones de la camisa de Ginna, deslizándola por su cuerpo hasta quitársela.
—Ryan yo... –susurró ella rodeándole con sus brazos.
—Lo sé. –dijo él dulcemente.

martes, 16 de octubre de 2012

Ellas.

No puedo explicar como me sentí en aquel momento. 
Fue solo un instante, en el que me di cuenta de cómo todo a mi alrededor, había cambiado. 
Ellas se había alejado de mí. 
Todas aquellas promesas, se habían roto.
Las risas, los abrazos, los llantos, los enfados, las tardes de karaoke, se habían esfumado, dejando vacío.
Un vacío oscuro y frío que me ahogaba, y me mantenía en un estado de inconsciencia permanente.
Apenas lograba escuchar las palabras huecas que mi corazón susurraba, tampoco las lágrimas sordas que mis ojos dejaban caer.
Ya no íbamos cogidas de la mano por nuestros caminos, manteniéndolos unidos.
Habíamos dejado que el tiempo nos cambiase, y que los problemas creasen agujeros irreparables en nuestra amistad, alejando nuestras manos para separarnos por completo.
Ya no éramos capaces de mirarnos a los ojos cuando nos cruzábamos por la calle.
Teníamos miedo de encontrar odio en la mirada de la otra, y de no poder soportarlo.
Poco a poco, el cielo se iba tornando mas y mas oscuro, y los colores cálidos del atardecer desaparecieron en pocos minutos.
Viendo aquel parque, no podía evitar acordarme de todas y cada una de las tardes pasadas allí.
En un silencio sepulcral, me mantuve toda la tarde contemplando el lugar donde nos conocimos. 
Extrañándolas, odiándolas, deseando que apareciesen de un momento a otro, no queriéndolas ver.
No sabía si era capaz de enfrentarlas una vez se diesen cuenta de lo que estaban haciendo, una vez se diesen cuenta de que lo estaban haciendo mal, no sabía si... quería volver a lo de siempre.

martes, 18 de septiembre de 2012

Otra de tantas entradas sobre el AMOR.

Una vez pasa el tiempo, todo vuelve a su lugar.
Las flores se marchitan y vuelven a crecer, como si fuesen amores que nacen y mueren en un cierto tiempo.
Si, de nuevo una entrada sobre el amor, ¿cuántas habréis leído ya en vuestra vida? Y lo más importante: 
¿Quién soy yo para hablar del amor?
¿Acaso si lo he sentido? ¿Acaso si lo he visto alguna vez? 
Pensamos que el amor, tiene que ser como en una película, y tienes que sentirte como se sentía la protagonista de tu película romántica favorita. Pero no, el amor no tiene explicación viable y mucho menos forma fija
Mucha gente encuentra el amor en alguien totalmente distinto a su persona, alguien de quien jamás pensó enamorarse, alguien que apenas comparte sus gustos pero los respeta, alguien que esta ahí en cada momento, alguien al que no le importe los comentarios de los demás, alguien que le quiere de verdad.
Otros, caen en esa maraña de sentimientos confusos con alguien a quien conocen de toda la vida, en quien nunca se habían fijado y sin embargo, siempre había estado ahí.
También, hay personas que encuentran a alguien con quien comparte todos sus gustos, con quien pueden hablar de todo y al que pueden contarle cualquier cosa sin importar el qué, el cuándo ni el cómo. 
También está esa gente que poco después de un desamor, encuentran a alguien en el que apoyarse y se dan cuenta, con el tiempo, de que esta persona, en poco tiempo, ha logrado encerrar sus penas en un cajón y tirado la llave, y poco a poco, con cada detalle, con cada insignificante palabra, se van haciendo felices, hasta que, a ninguno le importa el qué dirán, y se acaban lanzando a por lo que quieren.
Al caminar por la calle, he visto muchos gestos, muchos detalles, en los que verdaderamente, el amor era palpable
He visto como un anciano cogía la mano de su mujer mientras caminaban por la calle.
He visto como dos jóvenes reían sentados en un banco mientras se miraban a los ojos casi sin parpadear.
He visto como, de rodillas, un hombre le pedía matrimonio a su novia en medio de la calle, y esta, emocionada y casi sin poder contener las lágrimas, emitía un débil sollozo y un enérgico sí mientras se lanzaba a su cuello para abrazarle.
También he visto como un chico, salía de su coche y lo rodeaba para abrirle la puerta a su novia, y más tarde, cogerla de la mano y sorprenderla con un beso.
He visto parejas idénticas, con los mismos gustos, el mismo estilo, cogidos de la mano por la calle, con sus skates en la mano, y sus mochilas colgando en la espalda.
He visto como un adolescente levantaba a su novia del suelo tras caerse al intentar hacer alguna que otra acrobacia que él le había enseñado.
He visto como parejas muy diferentes el uno del otro compartían un helado tranquilamente en la mesa de una heladería sin importarles que la gente les mirase.
He visto muchas cosas, sentido otras tantas y vivido aún pocas.
Aún así, ¿alguien sabe explicarme por qué sentimos la necesidad de amar?
Yo aún no lo sé, y no creo que vaya a saberlo.
Con cada error, con cada bache, aprendemos algo y nos conocemos un poquito mejor, siempre lo he dicho.
Y he aquí, otra de tantas entradas sobre el amor.

domingo, 1 de julio de 2012

Mis libros 3.

Cerré la puerta de mi habitación y me deslicé por ella hasta sentarme en el suelo. Aún podía sentir el dolor que aquel día me invadió, cuando me enteré de todo, cuando me vi despreciada, cuando todo a mí alrededor se volvía extraño, cuando los pilares que habían sostenido mi vida se derrumbaban ante mis ojos. Caminé a gatas hasta mi cama y me tumbé en ella. El tiempo no parecía haber pasado desde que dejé la habitación. Todo seguía allí. El gran balcón, lleno de rosas rojas, mis favoritas, iluminaba toda la estancia, bañando cada rincón, cada escondrijo, cada lugar de aquel sitio. El tocador estaba al fondo de la sala, lleno de mis perfumes y de mis joyas. Justo al lado, había una puerta, que daba al cuarto de baño. La cama, estaba a un lado del balcón, era grande y de madera, un velo de fina seda negra cubría su alrededor, colgando de unos palos que sujetaban el techado de la cama y junto a esta, un baúl lleno de vestidos, que por supuesto, me estaban pequeños y en el centro, se encontraba tirado en el suelo mi equipaje. Suspiré y caminé hacia el baúl, decidida, tomé aire y con cuidado, lo abrí, debía dejar espacio para mi ropa nueva. Agarré toda la ropa que pude y la tiré a un lado. Cuando giré de nuevo la cabeza hacia el baúl, me sorprendí al verme reflejada en el espejo que se encontraba en la tapadera de este.
Había cambiado mucho desde que me había mirado en ese espejo. Ya tenía dieciocho años, por lo tanto, mi cuerpo ya no era el de una niña, si no el de una mujer. Mi pelo, mucho más largo que en aquel entonces, seguía teniendo ese color marrón claro con fuerte parecido al pelirrojo. Mis ojos, eran grandes y de color verde apagado, y se escondían detrás de una cortina de abundantes pestañas, eso no había cambiado nada, al igual que mis mejillas rosadas. Mi cara, ahora era mas fina y tenía los rasgos característicos de una mujer. Mis labios, más carnosos que a los trece años, se mantenían serios desde entonces. Mi cuerpo había cambiado mucho, ahora era más alta y tenía muchas más curvas. Mis pechos habían crecido lo suficiente como para que me resultase incómodo acercarme a los hombres llevando vestidos con escote. Agaché la cabeza y fruncí el ceño al ver lo que había en el fondo del baúl, las lágrimas volvieron a mis ojos y no pude evitar llevarme las manos a la cara. Al lado del diario que escribía de niña, se encontraba, totalmente destrozado y lleno de sangre, el vestido que aquel fatídico día me puse. Era el que más me gustaba a los trece años, me quedaba un poco grande, pero me hacía sentir bonita. Me lo había regalado mi hermana, el color era igual que el de mis ojos, de un verde apagado sumamente misterioso, tenía un precioso cuello de barco de encajes color rosado.
Miles de momentos pasados con ese traje vinieron a mi cabeza, haciéndome daño de nuevo, como cada cosa que recordaba por culpa de la casa, por culpa de cada lugar por el que pasaba cercano allí. Sabía que lloraría al llegar, ya que tenía muy claro el trato que me iban a dar Padre, Madre, el servicio y el resto de las personas que vivían tanto en la casa como en el pueblo, pero no me hubiese imaginado para nada que lloraría a cada minuto del día. Realmente, me daba miedo pensar que sería así siempre, que todo el tiempo que pasase allí me tratarían de esta manera.
El sonido de algo golpear contra el suelo de cerámica de mi balcón me asustó e hizo que diese un respingo, levantándome del suelo y poniéndome en guardia. Me quedé así unos minutos, pero al poco me di cuenta de que estaba ridícula, y que cualquiera que me viese se reiría. Así que, al ver caer una piedrecita al suelo de nuevo, esta vez más cerca de la puerta de cristal, me acerqué y salí por ella. Decidida, caminé hasta llegar a la baranda, y asomé la cabeza por esta, quedándome de piedra. Parpadeé varias veces, y volví a mirar, era real, no se había movido ni un pelo.
Era Él.
Me contemplaba sin inmutarse ni lo más mínimo, sin preocuparse de si Padre o Madre le encontraban allí. Tenía una expresión dulce, algo que no pegaba nada con su aspecto ni con su actitud. Tenía el pelo rubio, le cubría las orejas y hacía que las facciones de su cara resultasen menos marcadas. Sus ojos, azul eléctrico, me incitaban a ir hacia él, a hablarle, incluso a pedirle una explicación, a preguntarle por qué había arruinado mi vida, quería saber esa razón tan importante que le motivó a hacerme tal cosa, pero no, sabía que no podía. Vestía un pantalón de tela algo rasgado por los bajos de color negro, unos zapatos negros también y una camisa azulada por fuera del pantalón. Y lo que más me llamó la atención, lucía una sonrisa despreocupada en los labios, como si no importase que estuviese en la casa, como si nada de lo que aquel día pasó hubiese ocurrido.
El pánico tomó mi cuerpo por completo, paralizándome durante unos segundos e impidiendo que echase a correr como estaba deseando hacer en ese mismo momento. Intenté pedir ayuda, pero la voz no quería salir de mi garganta. Cerré los ojos un segundo, deseando que todo fuese un sueño, y volví a abrirlos.
No estaba.

domingo, 17 de junio de 2012

Todo cambia.


Abre los ojos, contempla tu alrededor y date cuenta de como cambia todo, de como la luz que un dia te guiaba ahora se convierte en sombras y que poco a poco, los pilares que sostenian tu vida se derrumban.

martes, 12 de junio de 2012

ITACA - Konstantínos Kaváfis

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya que significan las Itacas.

jueves, 7 de junio de 2012

Miedo.



Florecen, se esparcen y me llenan, sentimientos de culpa, miedo, angustia y confusión.
Esa idea de volver a sentir, me asusta demasiado quizá. Por otro lado me gusta ya que también aparecen sensaciones de felicidad, comodidad, bienestar y demás, que hacen que día a día llegue a mi casa con una sonrisa estúpida en los labios.
Pero.. quiero andar con pies de plomo, saber por donde camino y por donde tendré que caminar, quiero estar segura de cualquier decisión que tome y hacer caso omiso al resto porque esta vez he terminado de construir el cerco para que con el tiempo, poder dejar o no entrar a las personas en mi corazón, sin que consigan dañarme ni rallar la rugosa superficie del cerco.
A pesar de eso tengo miedo.
Poco a poco y día tras día, fui alzando barreras contra el mundo, pero una vez terminadas, se desmoronaban, se volvían polvo y volaban lejos, dejándome al descubierto.
En esos momentos en los que se abre una grieta entre mi mundo y el de los demás, me asomo al exterior, me asusto y me vuelvo a encerrar entre barreras, creando en soledad la máscara de frialdad, dureza y estupidez que suelo mostrarle al mundo para no dejar que se acerquen a mi, me hagan daño y que, como cada vez que alguien sale por estas grietas desmoronando la muralla, se lleven otra pequeña parte de mi mundo, mi refugio.

lunes, 4 de junio de 2012

Mis libros 2.


Me levanté con desgana de la cama, miré a mi alrededor y pensé, otro día mas, otro día mas sin tenerle a mi lado, sin sentir como sus dedos se entrelazan con los míos, sin ver su sonrisa cada mañana, sin escuchar sus murmullos mientras duerme, sin saber que al despertar lo encontraría a mi lado, sin saber que estaría ahí cuando le necesitase, sin esperar oír el ruido de las piedrecitas que tiraba a mi ventana.
Aun así, rezaba por no volverle a ver, no quería sufrir mas, no quería pasar por su lado y desear con fuerza abrazarle, besarle y tener que aguantarme, o verle cada día y no poder si quiera mirarle a la cara..
Me odiaba y le odiaba por dejar que todo acabase de aquella forma, podríamos haber hecho más, mucho más.. pero no hicimos nada, solo mirarnos y sentarnos a esperar.

Aprender.



Parte de mi vida, ahora deshecha, desea desaparecer de la situación en la que me encuentro, la otra, permanecer en el lugar en el que debo estar, orgullosa, despreocupada y fuerte, como siempre, pero esta vez es demasiado.Me he acostumbrado tanto a no sufrir, que ahora no recuerdo como hacía antes para seguir adelante cuando todo pintaba mal.

martes, 24 de abril de 2012

Fotografía.

Compartir mis aficiones con la persona a la que quiero es un placer que nunca antes había tenido el gusto de probar.

lunes, 16 de abril de 2012

Jardín Americano.






Lunes, después de un cansado fin de semana, muerta de sueño, con un frío horrible, me levanté a las 8:10 de la mañana, me vestí, me peiné, me maquillé, preparé las cosas y salí de mi casa a toda prisa, no quería llegar tarde a la excursión.
Después de pasar un frío horrible, de ver un acuario enano (el de Rumanía era mil veces mejor) y de andar un buen rato para ir al jardín, al fin, llegamos.
Minuto tras minuto hacía una fotografía mejor aún que la anterior.
Apuré al máximo la media hora que tenía para poder deambular por el jardín.
Una de las mejores excursiones organizadas por el instituto. Simple, pero un lugar precioso en el que poder hacer millones de fotos.




















¿?


¿Alguna vez pensaste en lo que podría haber sido?
Miras atrás y piensas en que cada error cometido y cada suceso ocurrido te ha llevado hasta donde estás.
Pero, ¿y si hubieses escogido cualquiera de los otros caminos? ¿qué hubiese pasado entonces?

viernes, 13 de abril de 2012

Errores.

Alzando la vista, contemplo todos y cada uno de los errores que he cometido a lo largo de mi vida. Segundo a segundo me arrepiento e intento olvidar.
Pero no puedo.
Vuelvo a recordar y me desespero. La angustia se cierne sobre mi, presiona mi garganta y me asfixia.


A veces, parece que el tiempo se para en el momento que menos lo deseas, y a pesar de que suplicas que los minutos pasen deprisa, todo sigue igual.
Todos tenemos miedo a cometer fallos pero, ¿acaso esos fallos no nos han llevado a conocer mejor el terreno que pisamos? ¿a no tropezar de nuevo con lo mismo? ¿acaso no nos han enseñado a levantarnos una y otra vez?
Sinceramente, pienso que la persona que tropieza dos veces con la misma piedra, es por que una venda cubre sus ojos. Quizá puesta por él, quizá puesta por alguien.
Al fin y al cabo, un error puede doler, puede beneficiar o perjudicar a la persona que lo comete y a las que están a su alrededor, pero de cualquier manera, nos enseña a seguir adelante bajo cualquier circunstancia.

lunes, 19 de marzo de 2012

Ocurrencias 2.

Sinceramente, no entendí nada de lo que me dijo, no porque hablase en otro idioma o no me explicase nada, si no por que me encontraba demasiado absorta mirando su autoritaria y firme manera de expresarse. Yo, era incapaz de hablarle así a nadie y menos a una persona que pudiese causarnos tantos problemas como Andrés. Un solo gesto, y tendríamos a medio personal encima.
Una mano fría y áspera apretó con brusquedad mi cuello. Solo a mí se me podía ocurrir atajar por un callejón sin luz a las cuatro de la mañana.

lunes, 20 de febrero de 2012

Ocurrencias 1.



Lentamente, pasé el dedo sobre la cicatriz que marcaba su rostro, nunca me había fijado en ella, a pesar de llevar un par de semanas conviviendo con él, teniendo que aguantar su insoportable seriedad, su dulce y serena sonrisa, su adorable risa, que solo había escuchado tres o cuatro veces desde que le conocí, y su inquietante mirada. Su pelo rizado, caía agraciadamente sobre sus ojos color canela, enrojecidos por la intensa presión y preocupación a la que estaba sometido.
A más de 400 kilómetros del pueblo, nos hallábamos en una antigua casa abandonada, llena de telarañas, muebles rotos, antiguos vestidos deshilachados y trozos de espejo desperdigados por todas partes.

domingo, 19 de febrero de 2012

E.n.a.m.o.r.a.d.a.




Te quiero un montón..
La verdad es que no pensaba enamorarme tan pronto, pero aquí me tienes, loca por tí, por darte un solo abrazo, un beso.. cualquier cosa.
Me encanta esa sensación que tengo al levantarme cada día, sabiendo que estás en mi vida.
Adoro tus tonterías, que me sacan una sonrisa cuando estoy triste o cansada.
Tengo que decir que no me costó nada enamorarme de tí.. pero sé que no sería tan fácil desenamorarme. Por que eres maravilloso, eres exactamente lo que buscaba, eres lo mejor que me ha pasado hasta ahora, de eso estoy segura, bueno.. de eso, y de que te quiero.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Increíble..


Es extraño, como un buen día, estando sentada en una oscura, fría y solitaria habitación, escucho unos pasos a lo lejos, y veo como una silueta gris, apenas nítida, descorre las cortinas de mi ventana.
La luz me ciega durante unos momentos, es brillante y cálida.
De pronto, comienzo a verlo todo con más claridad.
Y le veo.
Es él.
Me tiende la mano, yo la cojo sin dudarlo, poniéndome en pie, después de tanto tiempo..

No sé como describir lo que sentí en ese momento, tampoco sé muy bien como describir lo que siento ahora, solo sé, que cada día que pasa, la felicidad recorre mi cuerpo con más intensidad, y evita que la sonrisa se borre de mis labios.

martes, 24 de enero de 2012

Día a día.


Nada puedo decir, nada puedo hacer, contemplo el presente con una sonrisa en los labios, disfrutándolo.
Muy atrás quedan esos días de penas y continuos llantos.
Ahora..
bueno, ahora solo me queda caminar despacio, para no tropezar de nuevo.
Despertar día a día poniendo una cara alegre al saber que ha llegado un día nuevo.
Meterme en la cama con la sensación de haber aprovechado ese día.
Cantar gritando mis canciones favoritas mientras ando por la calle con mis amigas.
Descubrir cosas nuevas.
Salir de juerga, divertirme, hacer la loca.
Conseguir un futuro prometedor..
Amar.

Día a día, me voy haciendo a mi misma con cada cosa nueva que descubro.

Amargo olor a rosas.

Con un solo roce de tu mano
me embrujarías hasta la muerte,
ojalá llegue ese día para verte
o lo que he vivido será en vano.

Necesito ahora hacer un alto
por que ya no viviré por tenerte,
se que nunca dejaré de quererte
y que todo el mundo está harto.

Solo pienso que si no te quisiera
nunca en la vida podré besarte
y que nunca en el mundo te viera.

Ahora tendré que dejar de amarte
seguro es que nunca estuvieras
y tengo que poder ya olvidarte.

domingo, 22 de enero de 2012

(L

Pienso..
que siento cosas que no debería sentir..
pienso..
que debo sentir cosas que no siento..
Ese era el día a día de mi ayer, pero, ¿que pasa ahora? pues muy fácil, creo que.. he encontrado de nuevo la felicidad.
No se.. alguien que me.. completa, que me hace sentir bien en todo momento, alguien especial en mi vida, alguien que.. no esperaba encontrar, al menos no de este modo, ya estaba ahi.. pero, nunca pensé que acabaría siendo de esta manera.
Pero, ME ENCANTA.
Es.. el mejor.

domingo, 15 de enero de 2012

Al fin.

Al fin,
un respiro..
un soplo de aire fresco..
una razón para vivir..
una alegría..
una sonrisa..
una carcajada..
un día perfecto..
un susurro al oído..
felicidad.
Respiro aliviada al pensar que todo se ha acabado al fin, que puedo vivir en paz, que puedo correr, saltar, sonreír, suspirar.. sin tener una razón en concreto, hacerlo solo por que quiero y me apetece.
Quiero decir, que este último fin de semana ha sido muy decisivo en mi vida.. en tan solo dos días, mi vida ha dado otro vuelco, y ha vuelto a cambiar, esta vez, creo, que para bien.
Se acabaron las mentiras, se acabaron los llantos, se acabó el estar triste, se acabaron las depresiones, se acabaron las ralladuras de cabeza y las noches en vela, todo eso ya se acabó.
Ahora puedo llamarla, ahora si, ¡¡¡¡¡FELICIDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAD!!!!! ven aquí, te estoy esperando, espero con ansia tu llegada, aunque solo sea por unos días, quédate junto a mí, dame calor, alivia el dolor de las heridas de mi interior.
Quiero volar libre, aunque solo sea por un momento, alejarme del mundo entero, escuchar al silencio, oír lo que este tiene que decirme.
Oscuridad, esta noche no me hace falta pedirte que me cantes una nana para dormir, a partir de hoy, no me hará falta.. pues al fin, al fin, siento como la sangre fluye por mis venas, al fin.. siento que yo también merezco ser feliz, y eso nadie me lo va a arrebatar.
¡GRACIAS A MIS AMIGOS! ¡YA SE QUIEN ESTA AHÍ CONMIGO!

MUNDO.. PREPÁRATE!

Es hora.


Ya es hora de olvidar el pasado, me hace daño.. y tengo un futuro por delante que descubrir y un presente en este momento por disfrutar..
No puedo estancarme durante más tiempo en lo mismo, no tropezaré más veces con la misma piedra, he comprobado lo que duele la caída, pero no sabía lo que costaba levantarse.

viernes, 13 de enero de 2012

lunes, 9 de enero de 2012

Mis libros 1.

Ya eran alrededor de las once de la noche, cuando vislumbré los farolillos colgados en las fachadas de las casas más cercanas al bosquecillo. Era increíble, allí todo el mundo se acostaba muy temprano, a las diez las calles ya estaban desiertas, quizá fuese porque oscurecía muy temprano, porque era un pueblo pequeño y tradicional, porque yo en la ciudad estaba acostumbrada a estar en la calle con mis amigas hasta las dos o las tres de la madrugada, o simplemente, porque si ya te congelabas cuando hacía sol, cuando se iba, hacía un frío que te cagas.

Finalmente llegué a mi casa a las once y media, estaba segura de que mi madre me estaría esperando despierta.

Abrí la puerta intentando no hacer ruido, pero el hecho de que esa casa llevase deshabitada más de una década, hacía imposible que la puerta de la casa, cada tablón de madera que recubría el suelo, cada silla, cada mesa, incluso cada cajón, no crujiese o chirriase al mínimo movimiento, por lo que, si mis padres no estaban despiertos, con el estruendo que estaba haciendo, ya habrían abierto los ojos y estarían bajando las escaleras. Por suerte no se habían enterado de nada, así que fui hasta mi cuarto silenciosamente, sin ni siquiera asomarme a ver si había alterado el sueño de mi padre, que se despertaba solo con que una mosca se le posase en el brazo. Aunque en el tiempo que llevaba en el pueblo, aún no había visto ni una mosca, quizá hacía demasiado frío para ellas.

Me desvestí, quedándome en ropa interior.

En la casa no hacía tanto frío como fuera pero, sería mejor que me vistiese antes de que pillase una buena pulmonía. Así que me acerqué al armario de madera, que había junto a la puerta, me agaché y abrí uno de los cajones, de este, saqué mi pijama favorito, una camiseta de manga larga de color verde claro que me llegaba casi por las rodillas, unos pantalones de terciopelo negros con unos pequeños corazones grises y blancos, que estaban desgastados por debajo puesto que me quedaban largos y los arrastraba. Fui hacia el cuarto de baño, y mirándome al espejo, cogí un coletero de un bote y me recogí un moño, aunque, el flequillo, siempre acababa de nuevo pegado a mis mejillas.

Volví a mi habitación, cerré la puerta, cogí mí mp4, me senté en el poyete de la ventana, y apoyé la cabeza en el cristal. Busqué mi canción favorita, ‘Wish you were here’, de ‘Avril Lavigne’. No era la más apropiada de escuchar en ese momento, ya que estaba algo triste, y añoraba mi vida lejos del pueblo, yo soy una de esas personas que ponen canciones tristes, cuando están tristes, para ponerse aún más tristes… Era algo difícil de entender, pero, a todos nos había pasado alguna vez.

Sonreí.

Cerré los ojos.

Y me dispuse a dejar que la música invadiese mi cuerpo.

Pero, como era normal, no iba a poder disfrutar de esa tranquilidad que tanto deseaba. Una lluvia de piedrecitas impactaron en mi ventana. No escuché el sonido que hicieron, pero si las sentí golpear el cristal.

Entorné los ojos con gesto enfadado, y me pregunté quien se estaría divirtiendo a mi costa. Me asomé por el cristal pero no vi a nadie. Descorrí el cerrojo y abrí la ventana, puse las manos en el marco, las rodillas en el poyete, y saqué la cabeza.

Me sorprendí al ver a la persona que tiraba las piedras, en ninguno de los casos hubiese pensado que era él.

Hacía bastantes días que no le veía, y en parte, el verle, me alegraba, pero no estaba muy segura de si lo que sentía era solo alegría.

Víctor me miró y sonrió, con suspicacia y desconfianza, poco después, sus rasgos se fueron relajando para dejar paso a la dulzura , se pasó una mano por el pelo sacudiéndose los restos de nieve que tenía y se mordió el labio repetidas veces.

Yo cerré la ventana, probablemente, Víctor pensaría que no quería hablar con él, así que tendría que darme prisa en vestirme y bajar antes de que se fuese. Me calcé las botas metiéndome el pantalón del pijama por dentro, y me puse el anorak con gorro.

Bajé las escaleras a toda prisa, esta vez, los escalones apenas crujieron bajo mi peso, al parecer, en los momentos en los que tu único objetivo es no hacer ruido, es, cuando más ruido haces. Frente a la puerta, tomé aire y abrí.

Víctor seguía allí, no se había movido ni un centímetro de cómo le había visto desde la ventana. Cuando se dio cuenta de que estaba en la puerta, caminó lentamente hasta mí y se detuvo a escasos centímetros de donde yo estaba. Agaché la cabeza, y avergonzada, me di cuenta de que estaba en pijama, me había abrigado y bajado con tanta rapidez que ni siquiera me había dado cuenta. ¿Qué estaría pensando de mí en esos momentos? Sentía tanta vergüenza de que me estuviese viendo así...

—Sabía que estarías despierta. –susurró.

Se acercó un poco más a mí, nuestras narices se tocaron por unos segundos. Yo di un respingo, y me sonrojé.

—Y yo no me imaginaba que serías tu el que estaba tirando piedrecitas a mi ventana. –mascullé con desdén en la voz.

— ¿Nunca duermes? –preguntó torciendo los labios.

— ¿Y tú, siempre tiras piedras a las ventanas de desconocidas? –mascullé.

—Tú no eres una desconocida. –me dijo sonriente.

Creo que por primera vez en mi vida, me había quedado sin palabras, no podía responder a lo que Víctor, ese chico tan simpático, dulce, despreocupado y maduro me había dicho.

jueves, 5 de enero de 2012

Como en casa.. en ningún sitio.

Hoy, me he dado cuenta, de algo que nunca había querido creer, como en casa, en ningún sitio.
Estaba sentada frente al ordenador, mirando páginas en Internet, chateando, y escuchando música en YouTube. Durante un rato, dejé de escuchar música y empecé a bromear con mis padres, y a conversar con ellos. Y, por primera vez, cerré mi portátil, y me puse a hablar con ellos, me reía, y me encontraba a gusto, charlando, y escuchando las tonterías de mi padre. La verdad, es que últimamente, mi vida ha cambiado mucho desde que dejé a mi ex-novio.. he perdido amigos, los he ganado, he oído comentarios e historias falsas sobre mi, he llorado al escuchar verdades que sabía, pero no quería reconocer..
También.. me he dado cuenta de la falsedad que había a mi alrededor, y.. bueno.. me han hecho mucho, quizá, demasiado daño pero, no puedo dejarme vencer, tengo que seguir adelante, con la cabeza alta y arrasar con todo problema.
Y hasta ahora, puedo decir con toda seguridad que, las únicas personas en el mundo, que nunca me mostrarán lo que es la falsedad, y me ayudarán en todo, son mis padres.
¡Me alegro de haberme dado cuenta de ello!

Mentiras.


Cuando mientas o digas algo imprudente ten cuidado con tres cosas:
-Ten cuidado de a quien le mientes.
-Ten cuidado de la repercusión que puede tener esa mentira.
-Y sobre todo.. ten cuidado de no perder a alguien que te importa por esa mentira.
Hay personas que me odian, lo sé, por las mentiras que han llegado a sus oídos, o simplemente, porque no les gusta como soy (en apariencia). Estas, están deseando encontrar una oportunidad, un soplo de aire que les lleve algún cotilleo sobre mi vida, sobre mí, para exagerarlo, añadirle mentiras y difundirlo. Cierto es, que realmente, es mi culpa, nunca debí decir nada, aunque fuese la verdad, sabiendo como son estas personas, haberme arriesgado al hablar, causó todo esto..
Quiero decir, que yo, perdí en el pasado a muchas personas que de verdad me importaban, que eran una parte de mi, una parte de mi vida, y que ahora son parte del pasado, por culpa de las mentiras, de los desprecios, y de la gente, siempre, de la gente.
A pesar de todo, quizá, esas mentiras no crearon un adiós, si no, un hasta luego.

miércoles, 4 de enero de 2012

Pensamientos.


Llevo días sin dormir bien, estoy agobiada, los pensamientos me llenan, mis sueños se tornan grises en cuanto cierro los ojos. No quiero pensar que nunca levantaré cabeza, porque tengo que hacerlo, soy fuerte lo sé, pero cuesta tanto..
La felicidad, la de verdad, es algo que solo se alcanza en sueños, siempre hay algo que la enturbia, siempre.
Yo solo busco ser yo misma, sin que me digan si está bien o mal, eso tengo que decidirlo yo.
No se puede intentar cambiar la personalidad de alguien, porque no te guste uno de sus defectos o una de sus virtudes. Si no te gusta, apechuga, esa persona es como es, yo soy como soy, y no intento cambiar a nadie.
Bueno, ahí quedó.
Espero, poder dormir bien hoy.

Saludos.


Me llamo Gloria, y me considero quizá un poco fuera de lo común, gracias al cielo.
Como sabréis los que me conocéis, no suelo seguir modas, y con eso no me refiero solo a la ropa, sino a todo en general. No intento estar fuera de onda, queriendo hacer ver que soy alternativa, como muchos dicen, simplemente, siempre lo he estado.
Mis actividades favoritas a realizar son; leer, cosa que me ayuda a evadirme del mundo; escribir, crear situaciones o lugares que me gustaría vivir, y mi propósito es llegar a ser escritora; la música, sí, es lo que suele decir todo el mundo, pero la música me incita a sentir emociones tan reales, que muchas veces me inspira hasta para escribir, mis grupos favoritos son Extremoduro, Marea, Fito y Fitipaldis, La Fuga, y alguno que otro más; el cine, soy una gran adicta a las películas de género fantástico y del medievo, y siempre que puedo saco tiempo para ver alguna película.
En cuanto a personalidad, no hay mucho que decir, supongo que con mis aficiones ya tendréis una leve idea de ello. Pero a pesar de eso, hay alguna que otra cosa que me gustaría decir; soy muy maniática, tengo manías tan extrañas que incluso yo misma me las cuestiono a veces; quizá el orgullo me puede a veces, pero suelo saber cuando dejarlo a un lado; me gusta mucho reír, pero me vuelvo seria cuando tengo que serlo; tengo un pronto muy malo, pero sé controlarlo, a veces; tengo firmes ideales y suelo encenderme cada vez que algún intolerante de ideas contrarias no acepta o respeta mi opinión; suelo creerme la defensora de los débiles y siempre me acabo llevando algún que otro escarmiento por ello; soy muy insegura, pero demuestro gran firmeza bajo presión; y ojo al dato, no me gusta que me mientan, y por tanto, no suelo mentir.
Y bueno, ahí va mi presentación.